sábado, 4 de diciembre de 2021

“Horizontes”, el segundo álbum de Maldito Murphy

Horizontes” supone el gran paso adelante de la banda viguesa Maldito Murphy: por una parte, con él se desvían de la senda del country para dejar paso a un eclecticismo que abarca desde el pop español clásico hasta ritmos más bailables, pasando por el rock and roll o el folk. Supone, además, su consolidación como banda: tras participar en la gira de 2019, por primera vez Aarón (batería) y Román (guitarra) entraron al estudio junto a Juan (voz, guitarra y alma mater del grupo) y Sebastián (bajo). Pero, por encima de todo, supone un punto de inflexión, un salto al vacío con el que, si Murphy lo permite, esperan que la tostada caiga del lado bueno y, tanto su carrera como su identidad como grupo, salgan más reforzadas que nunca. 

Ya desde su título, “Horizontes”, hace referencia a cómo se gestó este trabajo: en 2019, tras el éxito obtenido con “No éramos tan ciegos”, su primer álbum, Maldito Murphy se echaron a la carretera en una gira de 50 conciertos por toda la geografía española. Esos viajes en furgoneta de ciudad en ciudad, siempre mirando hacia adelante, siempre avanzando hacia un horizonte que parece inalcanzable, marcaron a la banda e inspiraron este puñado de canciones en las que se pueden encontrar referencias a las ciudades, carreteras y hoteles que las vieron nacer. 

  
A principios de 2020 estaban entrando en el estudio, maqueta en mano, cuando Fernando Macaya, su productor, observó que esas canciones estaban ya muy cerradas, listas para ser grabadas, así que, sin apenas preproducción y con el añadido de algunos arreglos, esta variada selección de temas estaba preparada. 
 
“Todos mis males”, la canción que abre el álbum, es también una de las más importantes en la carrera de la banda, puesto que en ella han contado con la colaboración de su muy admirado Mikel Erentxun. Se trata de un medio tiempo tranquilo, de estribillo pegadizo, con el que rompen con el sonido country que definía su anterior trabajo. 

 
Las trompetas y un ritmo más uptempo nos introducen en “Mientras duerme la ciudad” canción que a Fernando Macaya siempre le trajo reminiscencias de Andrés Calamaro. 

 
“Aeropuertos y carreteras” es el tema que mejor define el espíritu del disco a nivel de textos: habla de lo que es estar de gira, hoteles, escenarios…. Una canción pop con una estructura final sorprendente. 

 
“La chica salvaje” crece desde un folk casi minimalista hasta el pop de sabor latino. Un tema muy suave y bonito inspirado por la ciudad de Granada. 

 
“Nubes negras” “Sigo siendo Peter Pan” son los dos temas escritos fuera de la gira, ya en pandemia. Mientras que en la primera predomina un tono melancólico con claras influencias del pop clásico de Tom Petty, la segunda no abandona esa melancolía, pero la aborda con un sonido totalmente diferente, de texturas y ritmo mucho más actuales. 
 
"Los latidos del tiempo", con un ritmo folk, ejerce como puente entre el primer trabajo y este Horizontes, y ese sabor americano se mantiene tanto en el rock and roll de "Ni plata, ni miedo" como en el sonido de "Un viaje de vuelta" (para la banda, la joya escondida de este trabajo), próximo al de The War on Drugs. 
 
Para cerrar el álbum, dos muestras de la versatilidad de Maldito Murphy: 
“Libres”, con sus dos baterías, es el tema más enérgico y bailable del disco, a la vez que el más alejado del trabajo anterior, y “Nada queda”, es lo opuesto: una balada intimista con guitarra acústica que únicamente rompe muy al final, cuando entra la banda completa. 


El disco producido por Fernando Macaya y todas las canciones grabadas, editadas y mezcladas por Fernando Macaya en Moon River Estudio (Santander). Álbum Masterizado por Mario G. Alberni en Kadifornia Mastering (Puerto de Santa María).


Maldito Murphy con “Horizontes”, nos invitan a la reflexión a través de sus once canciones, que reflejan ese desencanto romántico en el que todos nos sumergimos en alguna ocasión. Estamos viviendo tiempos convulsos en donde más que nunca, necesitamos encontrarnos a nosotros mismos y la voz de Juan nos inyecta esa melancolía necesaria para hacer de cada uno las canciones. La evolución en la instrumentación y producción de cada sonido, hace de este disco un punto de inflexión en la trayectoria de los vigueses. 


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