Lu Decker, con tan solo 20 años y más de 2 millones de seguidores en TikTok, se ha convertido en una de las voces femeninas más destacadas de la nueva ola musical española. Su capacidad para conectar con una generación que busca autenticidad y emoción la ha situado como una figura clave del pop confesional actual.
Ahora la artista lanza su esperado nuevo sencillo, “El día en que dejé de quererte”, una canción que promete convertirse en un bálsamo para quienes han atravesado un desamor difícil.
Tras el éxito íntimo de “Escrito en Lisboa”, su anterior balada, LU da un paso adelante con un tema que no busca el dramatismo del duelo, sino la calma que llega cuando se acepta que alguien no supo estar a la altura.
La canción no se construye desde el rencor, sino desde la lucidez: el momento exacto en que el corazón se libera, cuando dejar de querer se siente como un alivio y no como una pérdida. Con una lírica honesta y desprovista de adornos, Lu Decker transforma el final de una relación en una declaración de independencia emocional.
Musicalmente, el tema se mueve con soltura entre el pop sentimental y el indie emocional, recordando a nombres como Benson Boone, Gracie Abrams o Lauren Spencer Smith. Las voces limpias, la producción contenida y las melodías nostálgicas crean un entorno íntimo en el que la emoción toma el protagonismo. La interpretación de LU prioriza la sinceridad, convirtiendo cada frase en un susurro compartido entre ella y su audiencia.
Sobre el proceso creativo, la artista confiesa: “Desde el principio, el título marcó la dirección del tema. Teníamos claro el concepto y escribimos la primera estrofa muy pronto, aunque el primer estribillo no terminó de convencernos. La canción quedó guardada un tiempo hasta que, retomándola con otra energía, reescribimos el estribillo y todo encajó. La terminamos entre mi productor Griffe Loner y yo, cerrando un tema que ahora sentimos completamente nuestro”.
“El día en que dejé de quererte” ha sido producido por Griffe Loner, con mezcla y masterización a cargo de Camilo Aristizábal.
El videoclip, dirigido por Martín Caballero y producido por Very Essence, fue rodado en los paisajes abiertos de El Espinar (Segovia), subrayando visualmente esa idea de liberación y nuevo comienzo que recorre toda la canción.
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