Cuando decimos que Depresión Sonora tiene la capacidad de convertirse en portavoz de su generación es por canciones como “Vivo del aire”. Aquí aparece su talento innato para conjurar versos que parecen escritos exprofeso para ti: “Vivo del aire/Vivo de oírte hablar/Vivo de ser de alguien por quien podría matar”, dice en el memorable estribillo del tema, desde ya aupado a lo alto de su repertorio. En esta nueva entrega, que parece una daga haciendo una incisión en el corazón, Marcos Crespo muestra su faceta más emocional, tramitando con maestría influencias de sabor noventero para conseguir algo radicalmente propio. Llámalo dream-pop, shoegaze melódico o trip-hop actualizado, pero lo que es seguro es que sólo Depresión Sonora puede hacer algo así. Expandiendo paso a paso su universo, abriendo puertas que parecen infinitas. Otro paso adelante en una carrera que no tiene techo.
Tras debutar con un ya mítico EP homónimo autoeditado que contenía piezas emblemáticas como Ya no hay verano o Hasta que llegue la muerte, Marcos Crespo ha seguido publicando canciones que le convirtieron en gran promesa y, consecuentemente, realidad de la música en castellano. En 2021 llegó otro EP, esta vez titulado “Historias tristes para dormir bien”, que apuntalaba las coordenadas artísticas del proyecto. Una serie de colaboraciones con Ghouljaboy, Bratty y Rojuu sirvieron como preludio de su esperado primer disco, “El arte de morir muy despacio” (2022), su declaración de intenciones definitiva hasta la fecha. Lo próximo de Depresión Sonora será un nuevo EP, Makinavaja, previsto para 2024. También su primer concierto en La Riviera de Madrid el 22 de marzo de 2024, dentro de la Bee Week. Consigue aquí tu entrada.
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