Choley es un artista de 22 años, de piel pálida, sonrisa luminosa y 1’96 de altura que nació en Madrid con el nombre de Carlos Bonito y creció como un chico corriente, de estatura mediana con sus carnecitas, pelo medio largo, acné, gafas, braquets y con capacidades académicas, creativas y deportivas, odiando de manera furibunda las clases de guitarra del conservatorio. Un chico muy social que a partir de los 16 años lo fue mucho más debido al estirón: pasó a medir casi el doble, el acné desapareció y mejoró el estilo de sus gafas.
Cuando Carlos Bonito se sumerge en el abismo de la música con sus amigos del instituto y se da cuenta de que la música no es esa tortura del conservatorio, sino que lo que más le gusta es crear y hacer, en ese exacto momento nace Choley (la manera británica de pronunciar Charly).
Choley quiere hablar de lo bonita que es la vida. De lo asombrosamente simple y compleja que es. De amor, de cuánto amor necesita un ser humano para funcionar. Del placer que da rascarse la espalda o dormir 12 horas sin parar. De lo agradable que es un día soleado. De oler las flores. De que, si estás triste, seguro que con comida se alegra la cosa. De que no importa lo que digan de ti, esculpe tu vida, respeta y quiere.
Choley define su estilo como Blue Chill y en español, Chill Azul. Influenciado por todas las vertientes de la música negra, desde el blues, el jazz y el reggae, sus filias se refrescan con nombres como Mac Demarco, Yellow days, Sam Evian..
“Hambre y Sed” trata sobre el amor romántico adictivo. Choley cree que hoy en día entre la juventud parece que conlleva connotaciones negativas. Este tema intenta romper ese muro. Trata el tema de una manera sexual y ensoñadora. El amor romántico de verdad es como el chocolate, nutre y sana, y a medida que comes más, más lo quieres y más lo disfrutas.
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