“Espero que si nos invaden los extraterrestres sean peor que tú y que yo”. Una sencilla frase que por sí sola funciona como el tráiler de la mejor de las películas de ciencia ficción que nos vienen de Hollywood. Ese es el mundo de Mediapunta, en el que los aspectos más cotidianos de la vida -una relación que se va al traste, los escombros recogidos con cepillo de una historia que no funcionó…- conviven sin apenas inmutarse con invasiones alienígenas. Y lo curioso es que funciona: el resultado de esa colisión de universos es tan friki como encantador.
En realidad, ese particular sentido de la poética de la banda zaragozana conecta con una propuesta musical que igualmente se debate entre el amor por el pop clásico de guitarras y un toque excéntrico e inimitable, aquí representado por esos arreglos de teclados que perfectamente podrían haber robado de una cinta de serie Z de los años 50. Añádele a todo eso una base rítmica inapelable y lo que les queda es un hit en potencia. ¿En potencia? Dejémoslo en un hit.
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