Uno de los grandes males de nuestros tiempos es, probablemente, la percepción que tenemos del propio tiempo. No es que vivir sea urgente: es que vivimos con urgencia. Habitamos una época en la que la inmediatez hace que consumamos todo de manera compulsiva, que veamos y escuchemos las cosas a doble velocidad, que produzcamos de manera apremiante. Corre, hazlo ya, que se olvidan de ti, que viene alguien detrás, saca algo, lo que sea, publica, que te vean, corre. Hemos convertido así el presente en pasado haciendo imposible que las cosas puedan suceder de verdad porque todo es ayer jamás nos encontraremos, porque si no nos paramos no sabremos nunca hacia dónde vamos.
Por todo esto uno de los requisitos imprescindibles de la creación es la paciencia. No se puede crear si no sabes esperar y si no sabes esperar tampoco sabrás cuidar. Este cuidado es el que Manuel Carrasco ha tenido para tallar su noveno álbum de estudio. Digo tallar con toda la potencia de este verbo porque este “Fue”, single de presentación del álbum, lo que hace esculpir una emoción universal con palabras. Esas palabras que escogidas una a una con la férrea mano de la verdad consiguen amontonar capturas de aquellos instantes en los que nos percatamos de lo que ya no podría ser más. Todos los motivos por los que algo se quiebra por dentro, sin estridencias, sin grandes alardes, sin épica. Esta canción es una declaración de desamor. Una canción sobre de todo lo que se desvanece y ya no regresa. Una canción sobre la íntima decepción. Una canción sobre lo compartido que se termina. Esta es una canción descalza, sin artificios, que empieza casi muda con el punteo de una guitarra que suena al principio, a antes de todo, quizás en Isla Cristina, quizás en un Manuel adolescente, todavía con esa ingenuidad siempre necesaria para convocar al amor, una guitarra y unas palmas y ya sabemos que las palmas son la manera que tiene nuestro interior de sonar y hacerse notar. Esta es una canción sobre lo que ya no se puede llamar. una guitarra y unas palmas y ya sabemos que las palmas son la manera que tiene nuestro interior de sonar y hacerse notar. Esta es una canción sobre lo que ya no se puede llamar. una guitarra y unas palmas y ya sabemos que las palmas son la manera que tiene nuestro interior de sonar y hacerse notar. Esta es una canción sobre lo que ya no se puede llamar.
Ese es el poder de la música, que es capaz de detener el tiempo, de hacer que todos los individuos se acerquen a algo colectivo como es la humanidad, de tender puentes, porque al final, a pesar de tus ideas, tus creencias, tus orígenes, los miedos y anhelos no son tan diferentes. Y eso es lo que consigue este “Fue”, que cada persona que la escuche prenda su memoria y al hacerlo descubre que hay más luces encendidas, que hay más gente en las mismas, que no estás tan loco o tan sola en tu sentimiento, que también fue para los demás.
Esta es una canción para todo lo que fue, para darse cuenta de lo que es y para continuar con lo que será.
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