Hace unos días os avisamos de la llegada del nuevo disco de Fitness forever con el primer single de adelanto, “A Vele Spiegate”. Pero es que hay algo importante que debéis saber.
Todo comienza en Roma, en 2005. Un avezado y fascinante presentador de televisión pasea por Villa Borghese. Lo acompaña una joven que parece hipnotizada por su andar desordenado, por la nerviosa gesticulación de sus manos. La siguiente escena es la de los dos sentados románticamente en un banco y un beso apasionado como sello de un amor cósmico que trasciende la lógica, el cuerpo, la física y el espacio. Y es así, en esta Roma sensual y secreta, una ciudad abierta a cualquier idea y posibilidad, donde encontramos nuestro primer retrato del chansonnier, una figura que se repetirá de diversas maneras y formas a lo largo del álbum “Amore e Salute”.
En él, encontraremos las historias de algunos de estos chansonniers. Más allá del significado original de "cantante que interpreta canciones para las que ha escrito versos y música", entendemos aquí a ese tipo de hombre como uno de cierta edad que destila clase, genio, encanto y elegancia, con una voz persuasiva y dotado de una mirada magnética, una interioridad misteriosa y melancólica y con una pizca de sentido del humor que lo hace irresistible para las mujeres de todas las edades y clases sociales. Un espécimen de hombre del siglo pasado, casi extinguido, que cuenta entre sus filas con personas como Daniele Pace, Filipponio, Julio Iglesias, Franco Califano, Serge Gainsbourg, Renato Nicolini, Luciano De Crescenzo, Renzo Arbore, Luciano Angeleri y Fred Bongusto.
El nuevo adelanto que os traemos hoy, “Ischia”, cuenta la historia de este último, Fred Bongusto. Pero para contar su historia, debemos empezar por la del colaborador increíble y excepcional que los de Carlos Valderrama han conseguido: Peppino Di Capri. No hay persona en Italia que no lo conozca. Es una auténtica leyenda viva que ha abarcado siete décadas de música, que se ha reinventado constantemente y que siempre ha permanecido en el corazón de todos, injertando su visión pop y napolitana en cualquier idioma que se le pusiera por delante.
Empezamos por los años 60, cuando fue el primero en llevar a Italia los sonidos beat, twist y yeyé. Entonces se hizo tan popular que lo llamaron para abrir los tres únicos conciertos de los Beatles en Italia. Después, durante los años 70, se abrió a los sonidos jazz-funk, y cómo olvidar obras maestras como “Mò” y “Nun Può Dicere”. A principios de los 80 se sumergió en la música electrónica con el éxito “E Mò E Mò”, y se dice que fue uno de los primeros en Italia en encargar el carísimo sintetizador “Fairlight”, que se hizo famoso gracias a Herbie Hancock y Quincy Jones.
Todo esto por no hablar de los éxitos inmortales de su cancionero como “Champagne”, “Roberta”, “Nessuno Al Mondo” y “Il Sognatore”, que lo hicieron muy famoso incluso al otro lado del océano. Sigue haciendo giras con frecuencia por Estados Unidos, Canadá y Sudamérica, sobre todo en Brasil, donde ahora es una divinidad.
El caso es que no todo el mundo sabe que Peppino Di Capri era un gran amigo de uno de los más grandes chansonniers italianos, de Fred Bongusto. Y, a partir de los años 70, grabó sus discos en Splash Studio, en Nápoles, donde, por cierto, también se ha grabado este “Amore e Salute” de Fitness forever con el mismo ingeniero de sonido que grabó y mezcló la mayoría de los álbumes de aquella época, Massimo Aluzzi.
La relación de estima y respeto profesional entre Di Capri y Bongusto pronto se convirtió en una amistad sincera y chispeante gracias a su pasión compartida por el tenis y a una sana rivalidad entre los dos sobre quién era mejor músico. Esta amistad culminó con una gira compartida en 1996, “Due Ragazzi Così” (dos tipos así), en la que, a menudo, el uno cantaba la canción del otro.
Bongusto había vivido mucho tiempo en la isla de Ischia, en Sant’Angelo, uno de los pueblos más mágicos, hermosos y reservados por su ubicación. El espíritu lounge y la elegancia disco de esta canción de adelanto invitan a evocar esos ambientes glamurosos y estivales. Bongusto murió a finales de 2019 y, cuando se pudo salir de casa después de la primera oleada de COVID-19, lo primero que hizo Carlos Valderrama fue coger un barco e ir a Ischia para visitar los lugares donde Fred había vivido, ver su casa (una preciosa villa con una fantástica vista del mar) y hablar con la gente que lo había conocido.
Se encontró con que Fred había dejado la isla varios años atrás para volver a Roma. Había vendido su querida villa, pero todo el mundo se acordaba de él y tenían sus propias historias que contar. En el pequeño pueblo de Sant'Angelo todos seguían sabiendo algo sobre él. Después de una experiencia tan fuerte y emotiva, esta canción se materializó casi inmediatamente en la cabeza de nuestro querido compositor. La letra y la música surgieron al mismo tiempo, como si prácticamente se hubiera escrito sola. Y, desde el primer momento, le vino a la cabeza el nombre de quien debía interpretarla: Peppino Di Capri. Era él quien debía cerrar el círculo mágico que esta cadena de acontecimientos había desencadenado.
Era más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto. Pedirle a una estrella como Peppino que cantara para un grupo underground como Fitness forever es como pedirle a Lionel Messi que juegue al fútbol sala con tus colegas de trabajo. Pero Carlos consiguió que esta colaboración tuviera lugar gracias a su determinación e insistencia.
Por todo esto, “Ischia” no es solo una canción, sino mucho más. Y si has leído estas palabras, ya sabes por qué.
Pronto volveremos con más singles, más chansonniers y más historias, porque esto es trascender la música en todos los aspectos.
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