El orfismo (relativo a Orfeo, cantor del Más Allá) fue un movimiento religioso importantísimo en la Grecia Antigua, que tuvo gran incidencia en el pensamiento aristotélico y pitagórico. Los órficos, en la versión más aceptada de sus textos (llamados cosmogonías) identificaban a Cronos como el principio de todas las cosas. De su relación con Adrasteia (la Necesidad), surgen Eter (luz), Caos (estado primigenio del Cosmos) y Erebos (Oscuridad), pero ese es otro tema (muy interesante, por cierto).
Cronos fue el que engendró todo. Pero a día de hoy no es, ni mucho menos, un aliado. En 2021, una enorme artista como es Valeria Castro nos presenta esta paradoja: “La Corriente”, este tiempo que nos atropella, este devenir constante que no podemos ni oler… Qué apagados se ven los espíritus de las personas cuando se empachan de prisa.
En esa corriente va mi mente, va tu mente y la de todos. ¿No lo ves? ¿No has visto a la gente por la calle? Y nos arde tan profundo que ni nos damos cuenta. Ojalá emanciparnos de ella, a veces las voces de los niños, almas puras, paralizan sin pretenderlo el tiempo, encienden un poquito la candela, pero enseguida volvemos a nuestro ahogado desahogo. Podría describirlo de mil formas posibles, pero nunca mejor que Valeria cantándolo. Ella no canta, estremece.
El cuerpo corre y el mundo vuela, y le convencen de que es una carrera. Qué forma tan bonita de contarlo. Espero que, allá donde estén, la oigan los órficos, Jorge Manrique, Borges (otros que también odiaban las corrientes), o Gerardo Diego, o Lorca o toda la gente del mundo que se halla dentro de la corriente. Espero que se den cuenta de lo que significa esto. Seguro que les saldrá una sonrisa y media. A ver si hacemos el favor de quitarnos las penas de una vez y dejamos volar a las almas.
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