Una declaración pop emocional y poderosa sobre esa persona que podría ser la definitiva.
Después del regreso con “Tormenta (llegas sin avisar)”, Jordan Boyd continúa desarrollando su nueva etapa artística con “The 1”, una canción que profundiza en su vínculo con el pop electrónico, sin renunciar a la actitud afilada que siempre ha definido su propuesta.
En esta ocasión, la artista une fuerzas con Rakky Ripper, una de las voces más icónicas del hyperpop nacional, para construir un tema donde la vulnerabilidad y la ambición emocional conviven sin miedo en un espacio seguro, nostálgico para quien reconozca sus influencias.
Y es que, “The 1” es un tema que nace desde el deseo de ser elegida, ser vista, ser priorizada en una canción de Miley Cyrus, “He could be the one”.
Habla de ese amor que no llega a tiempo o que no llega completo, de esa persona que lo tiene todo para ser la única, pero no está dispuesta a asumirlo. Y a la vez, es un espejo: Jordan se pregunta también si ella está lista para ser la 1 de alguien más. La letra, cruda y honesta, alterna momentos de entrega y de frustración, construyendo un relato que se siente tan personal como colectivo.
La producción, firmada por Inés DeTeresa, nos sitúa en un territorio cada vez más claro dentro del imaginario sonoro de Jordan: beats limpios, texturas sintéticas que acarician y estallan, y un aura vocal que recuerda tanto al pop británico de principios de los 2000 como a los códigos digitales de ahora.
La presencia de Rakky Ripper añade un contraste brillante: su voz aguda y su presencia escénica empujan la canción a un terreno más intenso, más directo, más pop, con un toque dramático que encaja a la perfección con el universo Boyd.
Esta colaboración no es casual. Rakky y Jordan comparten más que una generación: comparten una sensibilidad musical y una forma de entender el pop como un canal para lo íntimo, para lo visceral y lo contradictorio. Ambas artistas brillan en sus versos y se funden en un estribillo que suena a llamada, a reclamo, a confesión. “The 1” no es una canción sobre el amor ideal. Es una canción sobre el amor real, con todas sus dudas, desajustes y promesas a medio cumplir.
Con este nuevo lanzamiento, Jordan Boyd continúa desmarcándose como una de las voces más singulares del nuevo pop alternativo. A caballo entre el pop y la sensibilidad electrónica, su propuesta está marcada por el cuidado en la palabra, el impacto visual y una construcción de identidad tan vulnerable como poderosa. Después de un año de crecimiento personal, la artista sigue apostando por canciones que no solo suenan, sino que se declaran.
Este vibrante y nostálgico videoclip corre de la mano de la agencia MiMo, dirigido por su nueva incorporación, el joven Sergi Pareja, de Barcelona, que se une al equipo de Pau Mateu Sáez para crear este universo Y2K que se adhiere a la perfección tanto a Rakky Ripper como a Jordan Boyd y nos sobrecarga de energía digital, recordándonos a esa época de internet kid que está volviendo más fuerte y más divertida que nunca.
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