Chet Baker decía que cada acorde tiene su propia historia. Que la frase venga de boca de alguien cuya vida siempre estuvo al borde del abismo no resulta demasiado llamativo, pero que el músico estadounidense ilustre otra historia paralela 36 años después de su muerte quizás sí. Al menos de forma metafórica claro está. Porque en esta ocasión, Baker solo presta su nombre para poner el punto de partida a la letra del primer single del nuevo álbum de Mónica Morado, “Casa Vacía”.
La madrileña pone voz con él a la soledad emocional que hay tras una ruptura. Expresa esos momentos de incertidumbre que surgen al finalizar el vínculo afectivo. Pero no desde un punto de vista negativo. Al contrario, Mónica transforma el peso de la despedida en un impulso para salir adelante. La letra no solo sirve para cicatrizar heridas e iniciar el camino de la reconstrucción, también es un llamado a la acción para aquellas personas que viven atrapadas en una relación tóxica nociva.
La casa de Mónica es un lugar en constante movimiento. No está completamente vacía, el hueco lo rellena ella misma con las pequeñas cosas cotidianas que va encontrando por el camino. Sirve de homenaje por tanto a todas las personas y casas en las que ha recalado, que le han ido calentando, nutriendo y llenando. Todo acompañado de un sonido delicado y lleno de autenticidad, que se mueve en esa fragilidad pop que sólo se consigue cuando las canciones nacen desde lo más profundo.
Con “Casa Vacía” Mónica Morado inicia una nueva etapa artística. La cantante madrileña da carpetazo así a su primer álbum “Ademanes” y toma el testigo “Panaceas”, su nuevo trabajo discográfico. El título sintetiza a la perfección ese proceso de sanación. 9 canciones producidas por Chapo González que son el mejor bálsamo frente a la adversidad. Habrá que esperar hasta mediados del año que viene para escuchar el álbum completo. Mientras, déjate cautivar por la belleza del primer single.
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