miércoles, 10 de diciembre de 2025

Merina Gris presentan “Zuloa Zen Irteera”: el agujero tenía salida


Tras incendiar el panorama estatal con Zuloa, ese segundo álbum que convirtió la ansiedad contemporánea en arquitectura sonora, Merina Gris vuelve para reabrir la grieta por la que entraron en nuestras vidas hace un año.  

Sin embargo, esta vez lo hacen desde el otro lado. “Zuloa Zen Irteera” (literalmente, “el agujero era la salida”) es un EP que crece como una prolongación simbólica de aquel disco: si “Zuloa” (“el agujero”) era caída, vértigo y hundimiento, Zuloa Zen Irteera” propone un giro radical: la escapatoria no está fuera, sino dentro. El agujero era, y es, la salida.  

Así, en esta nueva cápsula sonora, el trío donostiarra reimagina su propio universo desde cuatro piezas que funcionan como espejos deformantes, como posibilidades alternativas: colaboraciones, relecturas, reinvenciones y un inédito (aun sorpresa) que cierra el círculo. 

El primer tema, “Tesla Bat Sutan, en colaboración con Gorka Urbizu, es una explosión eléctrica cargada de tensión política y un diálogo generacional que prende desde el primer segundo. Una tormenta de pop industrial y rock abrasivo en la que ambas voces arden a la misma temperatura, dejando ver el nexo entre la rabia histórica propia de la música vasca y también las tendencias fragmentarias que definen nuestro presente. En “Triste Dabil Aita – Rework”, junto a Eire, la banda toma una de las piezas más íntimas de “Zuloa” y la traslada a otro plano completamente distinto. La versión original, introspectiva y lo-fi, era un jersey club fantasmagórico que trataba de descifrar los miedos paternos; ahora se convierte en un latigazo eurodance y house-pop, expansivo, emocional y luminoso. 

Mejor – Gazzi Remix” representa un giro radical hacia lo mínimo. El productor andaluz Gazzi, una de las figuras más inquietas del post-dubstep y el UK bass estatal, reduce la pieza hasta un esqueleto emocional suspendido en la penumbra. Con influencias que van de Burial a Four Tet y un manejo quirúrgico del ritmo, transforma la elegía glitch original del trío en un mantra nocturno de respiración contenida, íntimo y frágil, que también (por supuesto) está pensado para el club.  

Zuloa Zen Irteera” es el cierre definitivo de su segundo LP, un trabajo conceptual sobre caer en el agujero. Por ello, ahora, Merina Gris introducen el séptimo agujero: Orbaina (en español “la huella”), el rastro inevitable que deja todo contacto, todo vínculo, toda fricción con el mundo. No es un signo positivo ni negativo: es ambivalencia pura, como un clavo que deja marca sin necesidad de juzgarla. Una cicatriz que no solo recuerda la herida, sino también el orgullo de haber sobrevivido. 

Merina Gris irrumpieron en la escena vasca con un sonido inconfundible: un pop brillante y violento, electrónico y emocional, profundamente vanguardista y visiblemente identitario. Tras varios singles rupturistas y su aclamado álbum Zerua Orain” (2022), se convirtieron en uno de los fenómenos más fuertes del pop alternativo estatal.  

Con Zuloa Zen Irteera, su segunda referencia junto a Sonido Muchacho, el trío continúa su descenso emocional, esta vez para demostrar que incluso en el agujero más oscuro puede encontrarse un punto de fuga. 

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