Tras las últimas andanzas del grupo malagueño La Trinidad es posible que te pensaras que seguirían refinando su estilo pop, un sonido cristalino que, poco menos, te hiciera sentir la brisa marina en la cara. Pues no. “6.30”, suena más bien “como una somanta de palos y que encima el poli te casque la multa a ti”, en palabras del propio grupo.
Nadie sabe exactamente qué ha pasado, pero la realidad se antepone en nuestras narices-oídos-vísceras-sistema nervioso con el nuevo sonido del cuarteto malagueño: una sola guitarra sin pedales, un bajo por línea, una batería sin platos y como Dios manda (no hay caja de ritmos soviética que valga), un par de teclados y un delay como los de King Tubby. Sonido Nueva York grabado en Motril, que es una costa tropical y además se nota, porque en ‘Sheriff Playa’ también hay sitio para el dub. El aire es otro instrumento más en este trabajo. Minimalismo, pero no el de las casas esas de nuevo rico. De hecho, La Trinidad tienen bastante poco que ver con eso. Si aspiraran a una choza así, no habrían hecho este disco, o se llamarían Cerrado de Calderón.
En lo estético, un mar Mediterráneo y un mar Negro en vertical custodian los nuevos dominios de La Trinidad. No hay norte, no hay sur. El mapa, rodeado por estrellas europeístas, comunistas y de sheriff, al principio no lo reconoces, pero si fijas la mirada en el espacio negativo, lo tienes. Y todo tiene una razón: el proceso creativo de este single, que estaba más cerca de lo que estos muchachos pensaban. Pocos datos más tenemos al respecto, por el momento, más allá de que Carlangas (líder de Novedades Carminha) se haya aliado como productor de la banda en este single y en lo que pueda venir más adelante.
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