Emilia Pardo y Bazán nació en Talavera de la Reina a finales del 2018, en la puerta de un cine.
A su primer lanzamiento, “El Paso Honroso” le siguieron hits como: “La inmaculada Concepción”, “Ladrones de Cuerpos”, “Madriz Central” y otros temas que en mayo de 2021 conformarían su primer álbum: “El Mal de la Juventud”, un disco que no tuvo el desarrollo deseado, por potencial y canciones, por culpa de la pandemia.
Pero que sirvió para inscribir su nombre en la escena alternativa de grupos emergentes, con muy buenas críticas en Mondo Sonoro, Rockdelux, entre otros medios. Y también por parte de críticos musicales, como Fernando Neira, junto con diferentes programas de Radio 3.
Desde entonces no han dejado de componer y de tocar en pequeñas salas y algún que otro festival de gran formato, donde su estilo bronco y rotundo ha ido abriendo una brecha en el panorama del underground actual, dejando claro que se puede ser sexy y de provincia.
A día de hoy se encuentran a la espera de publicar su segundo larga duración producido por Carlos Hernández en “El Castillo Alemán”, que verá la luz en septiembre de 2023.
“Electrodomésticos”, es el primer adelanto de lo que será el segundo álbum de Emilia, Pardo y Bazán grabado en El Castillo Alemán, con Carlos Hernández a los mandos, “Electrodomésticos” habla del accidente que es sobrevivir al lunes por la mañana con el obsceno sabor de la madrugada del sábado todavía entre los dientes.
Una canción sobre la ausencia, sobre el Ir y quedarse, sobre ese chantaje cotidiano que nos hacen las fotografías que nos resistimos a borrar. Menos de tres minutos de sonido rudo y letra incisiva.
Un single donde las guitarras siguen sonando en tu cabeza haciendo bailar al insomnio cada vez que te metes en la cama después del after.
Emilia, Pardo y Bazán son Sergio Sanguino: Vocalista y letrista, Pepe Sánchez: Guitarra y teclados, Paula García: Vocalista y bajo y Ada Martínez: Percusión y coros.
El videoclip está inspirado en El Cielo Sobre Berlín, de Wim Wenders.
“Electrodomésticos”, arrastra a los personajes a un blanco y negro bajo el plomizo cielo de una ciudad en constante movimiento decadente. Una épica de lo cotidiano, donde el amor se confunde con la necesidad de ser querido y las ganas de romper con un pasado detenido en el tiempo. Esa sensación de ansiedad que se amotina en el pecho y te hace seguir caminando hacia un lugar que nunca llega a alcanzarse. Un paisaje desierto, lleno de hermosas destrucciones es el tercer protagonista de esta breve historia de la tristeza.
Un cuento lleno de ventajas que empieza como termina: con dos personas mirándose, que optan por el silencio para no mentirse de nuevo. El vídeo, rodado íntegramente en blanco y negro, mantiene ese espíritu básico, a la par que transgresor, de la canción.
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