De la tradición a lo contemporáneo, de lo propio a lo colectivo, de lo íntimo a lo público. Así se nos presentan las primeras pinceladas que conocemos de “Azabache”, el próximo disco en formato largo de Kiki Morente.
“La Chelita”, el segundo adelanto de este LP, es un tango romántico en el que la fusión y los sonidos contemporáneos cobran un mayor protagonismo que en “Alegrías de Cádiz”; el primer single del disco, teniendo muy presente la tradición flamenca. Prueba de ello es el uso de un estribillo muy antiguo del cante primitivo de su tierra, Granada, que en este “La Chelita” recupera vida y vigencia a través de la voz de Kiki junto a una producción musical plagada de sonidos contemporáneos. Se establecen así puentes entre el pasado y el futuro a través del flamenco. Unos puentes también intergeneracionales, ya que sería imposible entender este “La Chelita” sin la aportación de las mujeres de la familia de Kiki, no en vano todo surge un un día en el estudio rodeado de amigos, de su hermana Estrella y de su madre, Aurora Carbonell; quien propuso rediseñar y recuperar el estribillo primitivo que suena en “La Chelita”.
El resultado es abrumadoramente especial, un tango romántico en el que los sintes electrónicos y los ritmos de reggaetón, se suman a las guitarras flamencas y el cante de Kiki de una manera sorprendente, fresca y atrevida, capaz de emocionar y de trasladar a esas reuniones familiares en alguna cueva o alguna plaza del Sacromonte. Precisamente esta imagen tan íntima y a la vez tan colectiva es la que podemos ver en el videoclip de “La Chelita”, Kiki, cantando, rodeado de su familia, de sus amigos, de su gente, con su ciudad Granada de fondo, como fiel espectadora de esta escena.
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