Lucía Tacchetti se encuentra a sí misma en su más reciente álbum, “Flaps”.
Esta producción refleja, abiertamente, las inquietudes e introspecciones que los cambios traen consigo. No es coincidencia que su proceso de creación y composición haya sido afectado directamente por una mudanza al viejo continente. Hasta pronto Buenos Aires, buen día Madrid. España abre la puerta a nuevas perspectivas.
“Flaps” es una exploración incesante al proceso de reajuste de realidades y expectativas. Es inevitable un cambio de dirección hacia una faceta enfocada en las diferentes texturas y sonoridades que la música electrónica ofrece. El haber pre-producido con el mismo live set que utiliza en el directo fue un elemento esencial en este proyecto. La indagación de recursos disponibles da como resultado un crecimiento personal que se traduce en sonidos y texturas coherentes. Tal y como ella misma indica: «Me gusta lo que sucede en el directo. Es una búsqueda más instrumental, menos lírica, menos narrativa. Estuve muy consciente de cada paso, desde la cantidad de elementos, filtros, instrumentos hasta los efectos de la voz».
La priorización en el uso de sintetizadores análogos abre la puerta a nuevas posibilidades en los escenarios. El énfasis en un registro preciso y contemplativo en el instrumental le permite alcanzar una claridad que las palabras difícilmente logran expresar. Decididamente, Lucía decide abrazar quién es y dejar de lado inseguridades. «En este disco, por primera vez, no pensé en cómo quería ser percibida ni en ese juego de expectativas. Hice lo que me gustaba a mí» afirma la artista. Esta elección le ha permitido librarse de las expectativas y así adentrarse, tranquilamente, a crear piezas abiertas a la interpretación. Flaps evidencia un cambio en el tono e impronta».
La soledad como punto de encuentro. Pensamientos íntimos expresados en capas que reintroducen la profundidad que está dispuesta a navegar. «En mi caso, el proceso creativo puede llegar a ser muy solitario. El pasar muchas horas en ese estado te condiciona» cuenta Lucía. Las colaboraciones siguen siendo una parte esencial del proyecto. El álbum cuenta con las participaciones del trío valenciano Margarita Quebrada en “Solos”, las argentinas Delfina Campos en “Órbita”, Wiranda Johansen en “Dark”, Maika Loubté, desde Japón, en “Últimamente”, y el trío dominicano Mula en “Rota”. Y es que tal y como lo cuenta Lucía: ‘Puntualmente, en este disco quería sumar a muchas mujeres y seguir visibilizando el trabajo de todos los días».
Un cuerpo de trabajo consistente y conceptual. “Flaps” encapsula el haber viajado a muchos países luego de un año y medio de encierro. El tomar vuelo, literalmente, generó un impacto en Lucía. Según ella misma: «El primer track, “Inercia”, es esa sensación que genera el pegarse al asiento al despegar y aterrizar».
Cada track hace referencia, sutilmente, a esta temática. La dirección creativa jugó un papel importante en la ejecución. Cada portada contiene un elemento referenciando este mundo.
Sergio Pérez García (La Bien Querida, Mujeres, Cabiria) fue una pieza fundamental en el proceso de grabación y mezcla. En palabras de Lucía: «quería grabar todo en vivo, en simultáneo y poder sentir lo que siento cuando toco en el directo. Sergio sabe muchísimo de síntesis. Pudimos encontrar estos audios y grabar con una consola analógica. Cada elemento tomó vida propia». El reconocido ingeniero de mastering, Mike Bozzi (Kendrick Lamar, Tyler, The Creator, Dillom) estuvo a cargo de la última parte del proceso.
Eleté, su trabajo anterior, fue bien recibido en mercados internacionales. Esto le permitió girar por Reino Unido, París, Berlín, Hamburgo, Ámsterdam y Amberes. Si bien pasaron dos años desde su último material, la madurez es tangible. Lucía toma la decisión consciente de absorber el rol principal en la producción. Eleté, el seudónimo bajo el cual se encuentra trabajando detrás de escena, tomará un nuevo significado en los próximos meses.
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