Nuno, Clara y María han logrado plasmar en el estudio el sonido de sus directos. Por esto en este disco se entra, pero de aquí nunca se sale. Un pogo a perpetuidad.
Grande Amore presenta “III”, su tercer disco. Un trabajo publicado por Ernie Records en el que Nuno Pico, junto a Clara Redondo y mariagrep, va un paso más allá. En “III”, que está dedicado a Robe Iniesta, Steve Albini y Ascensión Fernández García, desde Grande Amore consiguen encapsular el sonido de sus directos. Logran la distorsión, el ansiado ruido, el rock and roll extremo.
Un trabajo tan impresionante y excepcional como “III” requería de una comunicación de lanzamiento que estuviese a la altura, por eso desde Grande Amore quieren compartir las palabras de Virginia Díaz (Radio 3) tras la escucha: «Cuando escuché por primera vez a Grande Amore, en 2021, pensé que era una de las mejores cosas que le había pasado a la música. Cuatro años y tres discos después, lo sostengo y añado: es lo más transgresor, original y, sobre todo, diferente y arriesgado que hemos escuchado en mucho tiempo. Pero, claro es que el universo de Nuno Pico -cuyo nombre artístico viene del título del cuarto álbum del trío italiano, Il Volo- es de lo más peculiar. Es un tipo que te cuenta, a carcagada limpia e híper contagiosa, que va a entrar en su tercera década y que lo lleva mal porque, según él, su treintena equivale a la de un canino y le están saliendo canas a raudales y que le pasan cosas extrañas en su vida y que odia ir a la playa y que le encanta el true crime y que, por eso, camina por la calle sospechando de todo: «mi vida es una mezcla de tragedia y comedia -post-humor, quizá-, a partes iguales. Yo creo que tengo una maldición».
Bueno, es lo que tienen los genios y este, en la universidad, hace cosa de diez años, no paraba de escuchar a Los Planetas, a Fugazi, a Butthole Surfers y a Shellac con “The End Of Radio”. Ahora Nuno se fija más en Motörhead, The Jesus and Mary Chain, Suicide o Venom, protagonistas de su nuevo disco, Grande Amore III.
Cuento esto, a modo de introducción, para abordar mejor su tercer álbum. Un trabajo que tiene un objetivo, una idea sonora, una temática y un método muy peculiares, muy Grande Amore. Eso y dos colaboraciones tan excepcionales, como inesperadas.
De los tres discos de Grande Amore, este es el más salvaje y con el repertorio más acelerado de su trayectoria, tanto que, a veces, sientes que necesitas un respiro. Spoiler: hay uno… y medio. La finalidad al escuchar las canciones era dar miedo y es tal cual, de parada cardiaca, tus pulsaciones van a mil, pero, una vez empiezas, no puedes parar, es adicción absoluta, droga dura. Se acaba el primer corte y tienes hambre de los restantes.
Como en las pelis de terror, lo que le pasa a Clara (Redondo) cuando escucha dos canciones seguidas de Venom, banda de Heavy Metal de Newcastle y el grupo que más veces se mencionaba en el estudio a la hora de tomar una decisión acerca del timbre de los instrumentos que han usado: «Clara se pone físicamente mal si escucha más de dos canciones seguidas de Venom, no es broma (…) no sabemos si es bueno o malo, pero es lo que queríamos lograr».
Para conseguir ese rock and roll tan extremo, como el de los grupos de referencia, desarrollaron una idea que tenían clara desde el principio: conseguir un sonido sucio, distorsionado, roto, una masa compacta donde baterías, voces, guitarras, sintetizadores de bajo y bases electrónicas estuvieran lo más cerca posible del metal industrial, del puro ruido. Y, en realidad, plasmar en el estudio lo que Nuno, Clara y María (Grep) llevan haciendo, desde hace dos años, en sus directos: una experiencia única en la que lo orgánico y lo digital se mezclan de manera espontánea, en cuanto comienzan a tocar.
Con estas, se fueron a Casa Talisio, centro de operaciones de Jacobo Naya y Carles Campi Campón, situado en el distrito madrileño de Ciudad Lineal. Allí se pusieron manos a la obra, diluyendo baterías ochenteras, guitarras y un bajo con pocos graves. Jacobo, en la producción: «es la persona a la que le debemos absolutamente todo lo que tiene que ver con “Grande Amore III”. Le dedicó una cantidad de horas bestial a la preproducción y durante todo el proceso trabajó con una dedicación, una pasión y un cariño hacia el proyecto que, sin él no seríamos nada, ni el disco, ni nosotros». Y Campi, como ingeniero de sonido y mezclador: «dice que es el disco con más distorsión en el que ha trabajo nunca y no sabes cuánto nos alegra esto».
Y salieron diez canciones y una versión […]. En definitiva y, como dicen en “Watchmen”, el fin se acerca y Grande Amore III es una suerte de western crepuscular, con muchas referencias y easter eggs, que se encarga de anunciarlo. Y con anécdota incluida: el disco lo iba a mezclar Steve Albini, una idea que tuvo Jaco y que a Nuno le pareció bien, «al igual que me parecería bien que se pasase un día Messi a saludar y echarse unos penaltis, allí al parque a Burela, pero precisamente me parecía igual de bien, que de imposible».
Era el sueño postadolescente que iba a hacerse realidad y que se truncó con la muerte de Albini, el 7 de mayo de 2024, justo después de que le mandaran un correo para confirmar su estancia en Chicago: «puede que el último mail que recibiese en su vida fuese nuestro. Meses después, mi amigo Xosé, me dijo: ‘Bueno, hombre, no sufras… igual después le llegó uno de publicidad de Amazon o algo’”.
Lo cierto es que no existe maldición alguna, lo que hay es un álbum fuera de lo normal, completamente extraordinario, con estética DIY (Do It Yourself) y con una portada que es una foto, de Esther Estévez, de la casa donde nació Nuno, una parroquia de O Valadouro, en la aldea de Frexulfe, y una contraportada, que es el cementerio de ese mismo pueblo. Pasen y… disfruten… O no.»
El formato físico de “III” ya está disponible en la tienda de Ernie Records. Un artefacto que, además de ese cuidado diseño exterior, guarda algunas joyas en su interior.
En este disco se entra, pero de aquí nunca se sale. La energía es indescriptible. Un pogo a perpetuidad. “III” es imprescindible.
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