Si unimos los puntos, podemos observar el camino que ha transitado La Plata desde sus primeros lanzamientos hasta este “Sueños”. Corría el año 2018 cuando “Desorden”, su álbum debut, le situaba a la cabeza de un pelotón de nuevas bandas guitarreras. “Acción directa”, su esperadísimo segundo larga duración, los coronaba a finales de 2022 como un conjunto imprescindible para explicar el aquí y ahora del circuito estatal. Pese a tratarse de un trabajo eminentemente continuista, aportaba interesantes nuevas aristas que permitían anticipar ciertos aires de cambio. A finales del mismo año llegaba “Real”, canción incluida en la serie de ATRESplayer La Ruta, pretexto inmejorable para adentrarse en coordenadas bailables aún por explorar.
Visto así, se entiende mejor el presente musical de La Plata. “Sueños” es un EP de cuatro temas en el que el combo valenciano expande su universo sonoro a través, principalmente, de diferentes acepciones de la música electrónica: ritmos de baterías breakcore, de sonido orgánico pero muy procesado; secuencias de sintetizador del new rave y el witch house; líneas de bajo del dub y el drum and bass; guitarras del nu metal, de sonoridad abrasiva y sintética; melodías de piano con influencias del trance, así como del anime y los videojuegos, y un tratamiento vocal influenciado por el digicore.
Se trata del primer trabajo autoproducido en su totalidad por La Plata. El propio Diego Escriche, vocalista de la formación, fue el encargado de la grabación y mezcla de un lote de canciones compuesto a lo largo de tres semanas en octubre de 2022. El quinteto, acostumbrado a hacer de la necesidad virtud, se impuso a sí mismo escribir y grabar simultáneamente, desarrollando ideas rápidas y tratando, de esta manera, de conservar la espontaneidad. Ese nervio creativo se materializa en piezas como “Volar”, en la que observamos una mutación de su sonido, mucho más bailable pero igual de contundente, tanto en lo que se refiere a la pegada como en el apartado lírico.
En “Sueños” hay escapismo y alienación, dos atributos que siempre han estado estrechamente ligados a la propuesta de La Plata, pero que ahora percibimos desde un cautivador nuevo ángulo. El corte que da título al EP es el más rompedor en su forma; en cuanto al fondo, nos sumerge en una oscuridad que resulta ciertamente familiar en la voz procesada de María Gea. “Lejos” y “Ángel gris”, que ocupan la primera y la última posición respectivamente en la secuencia, están trufadas de referencias espaciales. Habrá quien lo entienda como una mano tendida, una invitación a dejarlo todo atrás durante los cerca de diez minutos que dura esta obra. Cuando la realidad es material de pesadilla, los sueños de La Plata son lo único a lo que podemos aferrarnos.
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