Un álbum que no se limita a ser una colección de cantes, sino que se presenta como un cuerpo vivo, una ceremonia en sí misma: un réquiem no de despedida, sino de tránsito; un himno no de imposición, sino de escucha; una espiral donde vida y muerte se funden en una danza eterna.
Este nuevo trabajo discográfico, autoeditado y producido junto a Pedro Rojas Ogáyar, es un canto a la transformación, una ceremonia circular en la que el principio y el final se abrazan en una danza eterna. Lejos de ser un réquiem que llora la ausencia, “Himno Vertical” propone un ritual que celebra la transición, la pertenencia a algo mayor, y cuestiona de raíz la idea de autoría como firma individual.
Musicalmente, el disco es un espacio de confluencia entre lo clásico, lo flamenco y lo experimental. Acompañada únicamente por una guitarra española y una eléctrica, Rocío Márquez despliega su cante con una libertad creativa desbordante. El repertorio incluye fandangos, tangos, verdiales, soleá, seguiriya, malagueña y bulerías, con letras propias y textos de William Shakespeare, Juan de la Encina y Friedrich Schiller, entrelazados desde una perspectiva artística.
Este nuevo trabajo reafirma a Rocío Márquez como una de las artistas más inquietas y fundamentales del flamenco contemporáneo. Su trayectoria —que incluye discos clave como “Firmamento”, “Visto en el jueves” o “Tercer Cielo” junto a Bronquio— se enriquece ahora con una propuesta llamada a dejar huella.
La artista, que ha compartido escenario y estudio con figuras como Jorge Drexler, o Christina Rosenvinge, nos invita en “Himno Vertical” a participar de un rito sin protagonistas, donde todo —hasta lo más cotidiano— se torna sagrado.
Además de escucharlo en plataformas digitales, el álbum está disponible en CD o vinilo a través de la web. Cualquier formato es válido para sumergirnos en esta espiral sin principio ni fin.
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