Si diseccionáramos una canción prototipo de Depresión Sonora, el diagnóstico resultante sería un cúmulo de dualidades. Estaríamos ante una obra fría y visceral a la vez, de apariencia gélida, pero con latido.
“Voy a explotar”, segundo adelanto de su LP debut, responde a este análisis. Con un sonido algo más saturado de lo habitual en su propuesta, Marcos Crespo expone traumas y cicatrices emocionales. Es en este tramo del disco en el que el relato se oscurece, como corresponde a una etapa de negación y de enfado con el mundo y con uno mismo (“de vuelta a casa que nadie me hable / abro la puerta, nunca ha habido nadie”).
“El arte de morir muy despacio”, el esperado primer largo de Depresión Sonora, estará disponible en todas las plataformas el próximo 4 de noviembre.
Estamos ante un álbum que se puede entender como el reverso nihilista y sarcástico de esos manuales de auto-ayuda a los que Marcos y los de su edad han sido sobreexpuestos. Una crónica que, de tan personal que resulta, acaba interpelando a una generación entera, esa que siente que en un momento u otro va a explotar.
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