En un tiempo donde la música muchas veces opta por la evasión, Becarios propone un ejercicio de honestidad brutal.
El EP debut de Becarios, “La Casa Encendida”, no solo es una carta de presentación potente, sino un manifiesto emocional sobre lo que significa crecer, perder y buscarse a uno mismo en medio del caos.
La banda alicantina, formada en 2023 por Álvaro García (voz), James Lomax (bajo), Mario Santisteban (batería) y Franco González (guitarra), se sumerge en un viaje sonoro que toca fibras profundas y levanta la voz de toda una generación que vive entre la nostalgia y la incertidumbre.
Con una propuesta sonora intensa, enérgica y guitarrera, el EP —producido por Aleix Turon (Cala Vento) y masterizado por Víctor García en Ultramarinos Costa Brava— es un testimonio crudo y bien armado de lo que significa madurar sin mapa. Desde los primeros segundos de “Años Dorados”, la banda plantea una pregunta esencial: ¿quién no ha sentido que el tiempo nos arrolla mientras intentamos sostener recuerdos que cada vez se escapan más?
“Años Dorados” abre el disco con una melancolía luminosa. Es un himno a la juventud que se recuerda con ternura, pero también con la dolorosa consciencia de que ya no está. Las guitarras brillan con fuerza y la voz de Álvaro García da justo en el clavo emocional. La canción funciona como prólogo de lo que vendrá: un EP que no esquiva ni una sola pregunta incómoda sobre el paso del tiempo.
Le sigue “En la Estación”, un tema que captura con precisión ese momento de espera infinita. La estación no es solo un lugar físico, sino una metáfora del limbo emocional: esperar algo que ya se fue o quizás nunca llegará. Aquí, Becarios juega con el equilibrio entre la contención emocional y una energía sonora que explota por momentos, como un grito que ha tardado demasiado en salir.
“Golpe de Remo”, el tercer corte, nos lanza de lleno a la intensidad. Las guitarras afiladas y la batería arrolladora nos sitúan en el núcleo de la ansiedad y la lucha interna. “Tengo tantas dudas, vendo las respuestas, no sé a dónde remar”, se repite como un mantra desesperado que resume perfectamente la angustia de no saber quién se es ni hacia dónde se va. Es uno de los momentos más crudos y visceralmente humanos del disco.
“Juventud Eterna” baja un poco las revoluciones, pero no la profundidad emocional. Habla de ese deseo imposible por conservar la juventud, por evitar que el tiempo borre lo que alguna vez nos hizo sentir invencibles. El tema logra retratar de forma ese limbo entre el deseo de quedarse donde uno era feliz y la presión por avanzar, aunque no se sepa a dónde.
El cierre llega con el tema que da nombre al EP: “La Casa Encendida”. Se trata de un corte inédito que, sin aviso, se convierte en el corazón del proyecto. La letra, profundamente nostálgica, habla del verano de nuestras vidas, de las heridas abiertas y de puertas que nunca terminamos de cerrar. La interpretación vocal alcanza un clímax emocional que se ve respaldado por una explosión de guitarras y una batería demoledora que crecen en la recta final del tema. La frase “dejé la casa encendida, quizá tú quieras volver a entrar” se repite como un eco que resuena mucho después de que termina la canción. Es un cierre doloroso, pero a la vez redondo y precioso.
“La Casa Encendida” no es solo un EP, es una declaración generacional. Con apenas cinco canciones, Becarios demuestra que tiene mucho que decir, y lo hace con una madurez sorprendente para una banda tan joven. Con un sonido potente y letras que no temen ser vulnerables, el grupo se posiciona como una de las promesas más sinceras y ruidosas del panorama independiente nacional. Si el tiempo es una llama que consume, Becarios ha decidido encenderla desde el corazón.
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