José Doel, Javier Oleaga y Antonio Trapote unieron fuerzas en verano de 2017 y en una casa de campo en Ponferrada y tras un mes de trabajo dieron forma a distintas canciones, algunas de las cuales vieron la luz en su primer EP, “Mercury Man publicado en 2018, pero Antes se presentaron como banda con dos singles titulados “What You Get” y “Tricky Needs”.
Tras la entrada de Pablo Salmerón a mediados de 2018 firmaron con la discográfica Subterfuge y bajo su paraguas han publicado todos sus trabajos, incluyendo su nuevo LP; su línea ha evolucionado desde el rock progresivo hasta un sonido más sintético, revelado ya en su “Binary Lovers” y explorado ahora en “Nunca pasa nada”.
Tras el estreno de su primer EP, los madrileños giraron por distintas salas del territorio nacional pisaron salas de Barcelona, Bilbao, Donostia, Vigo, Ribadavia, Ourense, Granada, Sevilla, Valencia, Zaragoza o Madrid y además de participar en festivales como Monkey WEEK, Arteficial o Swatch Cities.
Ambre son en la actualidad una de las bandas jóvenes más interesantes del panorama, con un dominio de los instrumentos y las armonías difícil de encontrar y unas letras muy personales que describen la situación ante la realidad de su generación. En “Nunca pasa nada” encontramos un cóctel de synth pop, disco funk, electrónica y reminiscencias jazz en sus armonías.
Este primer largo supone un gran paso para la banda, además del formato, es la primera vez que cantan en castellano en unas letras que ponen de relieve algunos de los males de nuestro tiempo asumiendo y denunciando la responsabilidad de su generación. ¿Qué papel tiene un varón joven y blanco en una realidad marcada por la posverdad, las redes sociales, la ansiedad y la sociedad de sobreconsumo?
“Nunca pasa nada” ha sido producido en El Invernadero de la mano de Brian Hunt y masterizado por Javier Roldán. El ‘artwork’ de la portada está firmado por María P. Trillo y Maider.
De las 11 canciones que forman “Nunca pasa nada” hemos podido conocer dos singles de sonoridades diferentes, desde la intensidad sónica de “Sólo conmigo”, una canción que tocaba temas como la culpa, la disociación y la desesperación en la vida nocturna, y el disco funk irónico de poso melancólico de “Me siento tan moderno”, en el que el cuarteto madrileño traza la narración sobre un ritmo absolutamente bailable, con sonidos sintetizados, cierto aire nostálgico y un carácter disco que recuerda a bandas como MGMT o Parcels. Esas referencias, junto a otras como el último trabajo de Mndsgn, asoman en gran parte del disco, en el que exploran sonidos más contemporáneos, rítmicas, colores y texturas pop, con baterías electrónicas y sintetizadores como nexos de unión.
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