Fruto de un encuentro artístico íntimo y orgánico, Promesa nace como una nota de voz compartida y se convierte en una pieza minimalista y emocional. Mora y Palu exploran el silencio, la pausa y el deseo de compañía en un universo sonoro que conmueve desde lo sutil.
Mora Navarro, artista argentina y referente de la lucha de las mujeres en Latinoamérica amplía su mensaje con un nuevo lanzamiento: “Promesa”, junto a Palu de Paloma (Plastilina). Lo que empezó como una frase grabada en un celular terminó convirtiéndose en una canción dotada de sensibilidad. Así nació esta colaboración que surgió casi por azar pero que rápidamente tomó forma gracias a la química artística entre ambas.
Promesa fue concebida como un refugio emocional en tiempos difíciles. La canción propone una lectura esperanzadora sobre los vínculos humanos: cómo la compañía del otro puede ser un faro en momentos oscuros. La letra recurre a imágenes de la naturaleza —la luna como testigo, el viento que despierta, una estrella fugaz que guía— para reforzar la idea de que acompañarse es un acto de sostén mutuo.
Producida por Percii (quien también trabaja en el próximo álbum de Mora Navarro), Promesa se construye sobre una base de pop alternativo con toques de indie y dream pop, y se inscribe dentro de una línea estética que remite al realismo mágico y al del cine romántico contemporáneo. Las influencias van desde Ray of Light de Madonna hasta Lana del Rey y Natalia Lafourcade.
El universo visual de “Promesa” fue desarrollado por Mora junto a Gala Palacios en la dirección creativa. Apostaron por un visualizer minimalista en lugar de un videoclip tradicional, con la intención de que la canción se exprese por sí sola. “En un mundo saturado de imágenes y estímulos, es importante ofrecer un respiro. Que podamos cerrar los ojos, dejar que el cuerpo se mueva y simplemente disfrutar la música, sin quemarnos la retina con otra pantalla más”, explican desde el equipo creativo.
Esta elección estética reivindica la simpleza como un valor en sí mismo y propone una pausa frente a la hiperproducción audiovisual. “Entre tanto contenido que abruma, hay que confiar en la potencia del sonido, en el mensaje de la canción, en lo que despierta en cada uno sin distracciones. A veces, menos, es más. Y “Promesa” merece ese espacio de conexión real”, reflexiona Mora.
La realización audiovisual, a su vez, estuvo a cargo de Luna Dolores y Adso Piñerúa. Su trabajo destaca la dualidad de las intérpretes y refuerza la presencia de elementos naturales, capturando la atmósfera nocturna y la luz que surge del encuentro humano.
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