Hay regresos que se sienten necesarios. Rubén Pozo, una de las voces más personales y honestas del rock español, vuelve con un nuevo proyecto bajo el brazo tras un paréntesis discográfico que, más que pausa, ha sido una toma de impulso.
Después de un tiempo alejado de los focos, el artista rompe su silencio con “Estamos como queremos”, el primer adelanto del que será su próximo álbum.
El tema, producido por Ricky Falkner (Sidonie, Iván Ferreiro, Standstill), es una sacudida de energía con alma de directo. Un estribillo que pide ser gritado, guitarras con cuerpo y ese deje entre canalla y nostálgico que siempre ha acompañado a Rubén. Pero, más allá de su sonido inmediato, “Estamos como queremos” es también un reencuentro: con su público, con los escenarios y, sobre todo, con esa urgencia creativa que ha marcado su trayectoria desde los días de Buenas Noches Rose hasta la explosión de Pereza.
Más de diez años han pasado desde que Rubén Pozo emprendiera su carrera en solitario. Ahora encara este capítulo con su nueva banda, Los Chicos de la Curva, compañeros de carretera y amplificador con los que muy pronto saldrá de gira. Con “Estamos como queremos”, Rubén Pozo no solo firma una canción potente y directa: también recuerda por qué su voz, su pluma y su guitarra siguen siendo imprescindibles en el mapa del rock estatal.
Pocos músicos encarnan con tanta autenticidad el alma del rock nacional como Rubén Pozo. Nacido en Barcelona en 1975 pero criado en Madrid, su acento —musical y vital— siempre ha sido castizo. Con más de veinticinco años de trayectoria, Pozo ha transitado desde la efervescencia de los garitos madrileños hasta los grandes escenarios, siempre con una guitarra al hombro y una canción entre los dedos.
Su primera incursión en la música llegó a mediados de los 90 con Buenas Noches Rose, una banda de culto con la que grabó tres discos entre 1995 y 1999. Tras la disolución de Rose, el destino quiso que cruzara su camino con José Miguel Conejo «Leiva», y juntos dieron forma a Pereza, el grupo que marcaría una época. Desde su debut en 2001, el dúo se convirtió en uno de los fenómenos del pop rock español durante la primera década del siglo XXI. Con seis álbumes de estudio, directos explosivos y colaboraciones con gigantes como Miguel Ríos, Andrés Calamaro, Ariel Rot o Alejo Stivel, Pereza elevó la figura del rockero de barrio a icono generacional.
La pausa indefinida de Pereza en 2011 sirvió como punto de partida para una nueva etapa: la de Rubén Pozo en solitario. Y lo hizo a su manera, sin atajos ni artificios. “Lo que más” (2012), su álbum debut, sorprendió por su honestidad y madurez. Un disco donde brillaban letras más introspectivas y un sonido directo, casi crudo. Le siguieron “En marcha” y “Habrá que vivir” (2017), obras que consolidaron su personalidad artística: la del tipo que persigue canciones con verdad, que canta sin disfraz, que compone desde el suelo.
En 2023 publicó “Vampiro”, un trabajo que mostraba a un Rubén más libre, más canalla, sin perder el pulso de la canción bien hecha. Y tras un parón necesario, este 2025 regresa con un nuevo disco bajo el brazo que marca un punto de inflexión marcado por su mejor colección de canciones y por la fuerza de su nueva banda, Los Chicos de la Curva. Un regreso esperado, con la energía renovada y la misma pasión de siempre.
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