Un antojo es definido como un deseo apremiante y pasajero, a menudo caprichoso. Sin detenerse a pensarlo mucho, hay algo de eso en la nueva entrega de Andrea Buenavista. Tres canciones que se devoran en apenas 6 minutos, dejándote con ganas de repetir. “Antojitos” reúne las cualidades perfectas para ponerse infinidad de veces este 7”, actuando como una suerte de refugio al que acudir en cualquier momento y en cualquier lugar. El pop rock de esta crooner femenino es universal y atemporal, resultando ciertamente difícil adjudicarle una fecha de producción. Ajena a modas y tendencias, su música deja huella y sus textos golpean y acarician por igual.
Es precisamente ahí́ donde reside el factor diferencial de este EP, en unos textos certeros y cuya calidad literaria revela que estamos ante una letrista privilegiada. Para muestra, la de “Que Nadie Sepa”, en la que caben tantos reproches como concesiones a su amante. Se trata de la primera entrada de una obra que desliza aires de diario íntimo. Honestidad desarmante cuyo punto de partida es hacerse fuerte afirmando su vulnerabilidad. Un estribillo para cantar alzando la copa y un envoltorio sonoro sobrio pero engalanado con arreglos deliciosos hacen el resto.
Todo el mundo piensa que su abuela es la mejor, pero solo Andrea Buenavista tiene razón. Al menos, durante el minuto y poco que dura “Íñigo”. Haciendo valer la máxima de que lo bueno, si breve, es dos veces bueno, nos dibuja un puñado de imágenes que se sitúan a medio camino entre la ternura y el desafío. Hay chulería y verdad, pero lo que eleva esta pieza es la complicidad que se genera entre Andrea y oyente. Realmente uno tiene la sensación de que podría estarla escuchando en esa despensa a la que hace referencia en el arranque de la canción.
A estas alturas de “Antojitos”, queda claro que esta es una obra con fuerte sabor a folclore hispano, y no solo por las castañuelas que escuchamos en “Íñigo”. “Que nadie sepa” es una ranchera con todas las de la ley, mientras que en “Copa C”, tercer y último corte, es donde Andrea saca a relucir su faceta crooner. No esperen aquí́ grandes proclamas sobre el estado de las cosas en el mundo de hoy; todo lo que importa cabe “en un rincón entre tu hombro y tu cuello”. Y es así́, recorriendo el trayecto que va de lo personal a lo universal, como se explica el éxito de Andrea Buenavista, figura con capacidad para convocar a públicos diversos y llamada a trascender.
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