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jueves, 18 de abril de 2024

Raquel del Rosario publica su nuevo single “Al golpito”

 

La cantante continúa dando pistas del que será su proyecto musical en solitario y lanza un nuevo single donde homenaje a su tierra. 

Raquel del Rosario ha decidido volver renovada. Con las ideas claras y muy consciente de esos orígenes a los que debe todo. Sus Islas Canarias siempre han estado muy presente para ella. A pesar de vivir al otro lado del charco. Aunque ya lo tuviéramos más que claro, la que fuera vocalista de El Sueño de Morfeo lo recalca en este “Al golpitoque está disponible en todas las plataformas digitales y que viene acompañado de un videoclip recreando algunas de las tradiciones con las que potenciar el agradecimiento a sus raíces. Y usando, más allá de esa expresión que da nombre al single y que es muy de allí, algunas palabras que podrían ser catalogadas como localismos. 

"Al golpito es una expresión canaria que podría traducirse como con calma y paciencia, poquito a poco", comienza contextualizando antes de entrar en una explicación más extendida: "Esta canción es una invitación a sentir y disfrutar el milagro constante que es nuestra propia existencia, a conectar con la sencillez y la alegría. Es una vuelta a las raíces y un abrazo a mi linaje. Es ese baile que mi bisabuela Rosarito y yo nos debíamos, porque desde la calma todo encuentra su momento para resolverse con delicadeza, y porque nunca es tarde si la dicha es dicha". 

"Ya no sabría hacer canciones que no albergasen un mundo entero adentro", es la frase que le sirve de puente antes de una serie de puntos con agradecimientos: "Gracias de por sentirla y compartirla. Gracias a todo el equipo de amigos y familiares que me ayudaron a contar esta historia, por poner sus dones al servicio de mi proyecto, por la inversión de tiempo e ilusión. Eternamente agradecida". 

Más allá de lo que nos ha contado en redes en este mismo día del estreno, ofrecía una historia mucho más extensa poco antes. "Recuerdo aquella meditación guiada hace años con un terapeuta en Chiapas (México) donde se produjo un encuentro con mi bisabuela Rosarito en un barco. Se trataba del barco en el que emigró a Cuba, de donde regresó pronto a Canarias con su bebé tras quedarse viuda de manera inesperada. En aquel encuentro yo le decía que tenía que dejarme ir, que necesitaba vivir mi vida y no la suya, ya que había tomado conciencia de una clara repetición de patrones", comenzaba. 

"“Yo no soy tú”, me empeñé en decir en cada trabajo personal donde continuamente aparecía ella, siempre observándome en silencio con su gesto dulce. Trabajé incesantemente en desvincularme de mi bisabuela como si la salvación de nuestras almas dependiese de ello, como si se tratase de una misión de vida. El pasado verano, mientras trabajaba en 'La voz olvidada', llegó a mi mente una melodía con aires latinos; sonaban claves cubanas y al empezar a trabajar la letra se impuso con fuerza la frase: 'Llevo en la sangre los dones de mi bisabuela'", refuerza ese carácter de homenaje generacional. 

"Entendí que no podemos desvincularnos de algo que habita en cada una de nuestras células, que no se lucha contra la historia de nuestros ancestros, sino que se abraza y se honra para que ella sola se ordene y se sane. Cambié ese Yo no soy tú por un Yo no soy tu dolor y en ese instante el dolor desapareció. Pregunté y descubrí que aquellas prácticas que realizaba y que según me contaron de niña no eran más que supersticiones que trajo de Cuba eran en realidad dones que puso al servicio de las gentes del pueblo. Rosarito “la santiguadora”, la que quitaba los males con rezos mientras el agua pasaba por la acequia para que se los llevase", continúa. 

Y remata con estas frases cargadas de fuerza: "Rosarito la que cortaba el tiempo con las tijeras cuando había tormenta... Agarré esa melodía que llegó de Cuba y la transformé en la canción que ella no pudo bailar en aquel momento, porque su Cuba se llenó de dolor, porque su Cuba le robó el baile y al padre de su hijo. La música permitió el encuentro, la música fue el abrazo y la medicina. Bailamos y me dijo con voz cálida: 'Ahora te toca a ti'". 

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