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martes, 9 de mayo de 2023

Maximiliano Calvo presenta su nuevo disco “El gallo”

No hay animal que defina mejor a Maximiliano que El Gallo: ‘no puede haber dos gallos en un mismo corral’…. ‘El gallo canta de madrugada (cuando Maximiliano se acuesta normalmente), y es el único animal capaz de cantar con los pies metidos en la mierda’. 

Esta es la historia de un largo y bonito viaje que arranca con el nacimiento de un niño en Rosario, Argentina (1992), la cuna de la escena del rock latino, una ciudad que ha marcado la historia de la música en español, y por supuesto la vida de Maximiliano Calvo.  El viaje ha sido largo y variado, de muchas curvas y trepidante y valiente como su protagonista, que por fin cumple su sueño en marzo del 2023 y tendrá entre sus manos su primer disco en solitario y editado en vinilo, “El Gallo”. 


«Siento que cierro una etapa y se abre otra… Siento que estoy disfrutando del viaje con la gente que quiero y me quiere…, y solo puedo decir gracias a Charlie Sánchez (el primero en confiar y el que sigue luchando por mí), a Pato del Berlín, que es un hermano y que es la casa que siempre me acoge, a Warner Chappell, a todo el equipo de Universal, con quienes estamos pasito a pasito, a Gloria de The Pool News, inasequible al desaliento, y a todos los que se van sumando a un proyecto que es mi vida y en el que me dejo la piel día a día. ‘El Gallo’ llega ya…. Locoooo! Estoy ansioso, nervioso y tengo muchas ganas que le deis full amor.» Maximiliano  

 
El viaje comienza a orillas del agua dulce del Río de la Plata, donde sus padres alimentan todo lo que el pequeño Maximiliano intenta explorar en su interior. De la mano de su familia oye música incansablemente y da sus primeros pasos estudiando batería, guitarra, armonía, y toda la música que pudiera cruzarse en su camino. Rosario era efervescencia musical y rockera, y Maximiliano, con 16 años, pidió a sus padres que lo dejaran empezar su vuelo libre en Buenos Aires. Formó una banda, “Intrépidos Navegantes”, y ese fue el inicio de su camino en los escenarios y en los estudios de grabación. 


Maximiliano es carismático, habla con todo el mundo intentando adueñarse de vivencias y mamar de historias ajenas para guardar en su libreta mental estribillos, puentes, títulos de temas, títulos de discos, títulos hasta de novelas. Todo es posible en su imaginario. Y en Buenos Aires, además de comenzar una carrera, se forma un entorno de músicos y amigos que le acompañan hasta hoy…, firmes a su lado, a pesar de los océanos de distancia. 
 
El viaje continúa brevemente por México y Uruguay, y un día decide venir a Madrid como muchos músicos argentinos, a buscar las calles y referencias de Joaquín Sabina que oía incasablemente. Y llegó y se quedó… enamorado de Lavapiés, de los bares, de la gente, del flamenco, fusionando la música del Río de la Plata el bolero, el rock…, y persiguiendo un sonido y una identidad para su carrera en solitario. 

Puso rumbo a Asturias a componer su primer disco y como animal social que es, decidió que ese viaje lo haría con sus amigos Menend, Omar Alcaide, Delgao, Freddie Flowers y Sebastián Cortés. Y entre vinos y cachopos, entre baños en alguna playa asturiana para despejarse, entre risas, pero también entre lágrimas…, fue a escribir las canciones que eran para él lo más importante de su vida. 


Las paredes del Hotel Piedras donde se compuso el 90 por ciento del disco dirían que fue un viaje divertido…, pero que hubo momentos donde la exigencia de Maximiliano consigo mismo fueron extenuantes… Y salió… Salió un ramo de canciones que cuentan un montón de anécdotas de Maximiliano, que lo describen como persona, como niño y como hombre. Ahí está realmente su tarjeta de presentación, el ADN de un artista en continua búsqueda de la verdad en la música y en la poesía. 


Con esas canciones cruzó el charco y se fue con los 3KMKZS a Coyoacán (CDMX) y les puso el estudio patas para arriba. Trabajando incansable 20 horas diarias durante 20 días, se grabaron los temas del disco y alguno que queda por fuera, que espera ver la luz en algún momento. Y ahí tejió una tercera familia, la mexicana… Encontró un sonido, pero sobre todo encontró a unos nuevos hermanos y justo antes de entregar el material de audio a la compañía, convenció a Jaime Lorente para una de las sorpresas escondidas del álbum… Y como la magia existe, estaban los 3KMKZS en Madrid y ahí pusieron el broche final al audio. 


Para la parte visual, una nueva familia, Batalla Estudio, dio forma a los videoclips que acompañan la parte visual, partiendo de la idea de Maximiliano de no hacer vídeos narrativos… En los vídeos cuenta con la banda que lo acompaña en los directos, su banda de rock. A la familia Asturiana de Batalla sumó para la parte gráfica a Estornudo Estudio (Pedro Delgado) pieza clave para rematar la familia creativa. 


Y ahí, señores, está el producto de ese viaje… largo, intenso, a veces con carreteras abruptas, bañado en aguas de guitarras y letras. Maximiliano en estado puro, en “El Gallo”. 


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