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martes, 23 de mayo de 2023

Lisasinson publica su nuevo disco “Un Año De Cambios”

Escuchar a Lisasinson es como pegarse un chute de insolencia juvenil, y por algo son uno de los nombres clave ahora mismo en el panorama punk-rock y riot grrrl de España. Ya lo dejaron claro desde aquel primer single, “Barakaldo”, y lo confirmaron con su primer Mini-LP, “Perdona Mamá” (hoy ya pieza de coleccionista): grandes melodías, guitarras furiosas, estribillos épicos de alta efectividad, y esa actitud desprejuiciada, descaradamente vital, libre de complejos. Con una frescura contagiosa a la hora de hablar de amor y despecho, de crushes instantáneos y decepciones incurables. 

Titular un primer álbum “Un Año De Cambios” es en sí mismo un ejemplo de lo rápido que van las cosas. Y de algún modo ha sido así en la trayectoria de Lisasinson, tanto a nivel personal como profesional: singles, EPs, giras, colaboraciones, proyectos paralelos, cambios de formación… Así ha ido girando el mundo de Miriam y Paula hasta llegar a este álbum, un debut que ya destila madurez. Una palabra que nos parece bastante inapropiada para un álbum de punk-pop post-millennial. Pero que, a nivel de sonido e inteligencia compositiva, lo merece. Porque a nivel de energía, sobra decirlo, desborda electricidad juvenil incontrolable.  


Desde la “Intro”, una bienvenida en tono bedroom pop (recordemos que Miriam lleva un maravilloso proyecto en paralelo en esta línea con Laborde) que pronto explota en distorsión y velocidad. Y ese mensaje de voz final “Ya tía, si es que esto no ha sido nada fácil, pero bueno, lo teníamos que hacer por nosotras”. Y “Se Me Ha Muerto Una Flor” justifica por qué hablábamos de madurez. La solidez de las guitarras, los guiños en las canciones, la riqueza melódica, el flow cantando. Porque escuchar “Últimamente” y esa frase final “Sería genial / Volverte a besar”, después de haber soltado sapos y culebras, nos hace sentir que queremos volver a sentir esas emociones, con toda su destructiva intensidad, y esa explosión final lo refuerza. “Mochi” es pop con mayúsculas, el que hizo grande a Los Planetas o a Juniper Moon, e incluso a Cariño o Nosoträsh. “Quiero que estés a mi lado / Cuando el verano se acabe / y tenga ganas de llorar”. Y se nos encoge el corazón. “Turquesa Marquesa” es otra de las canciones que aún no habíais escuchado. Y otro hit. Inapelable. Altamente tarareable. ¿O es que no les habíamos dicho ya que los conciertos de Lisasinson son ejercicios de pogo, berreo, exaltación de la amistad y excesos de cariño? Con este repertorio no puede ser de otra manera. “Canción De Entretiempo” abre el frasco de lo entrañable y lo costumbrista con cierto tono sixties (y ese bajo a lo Joy Division), al tiempo que “Mira Chico” indica que estas chicas van a por todas, apuntan a lo más alto y además esto es un himno reivindicativo que describe la triste realidad a la que aún se tienen que enfrentar. Canciones incontestables, épicas, redondas. Para entonces descolgarse con “Los Que Se Pelean No Se Desean”; punk puro y duro, rabioso, despechado, urgente. Señoras y señores, les avisamos: este disco no se puede escuchar sentada. 

 

La recta final comienza con “No Sé Muy Bien”, una nueva demostración de que hay cierta influencia de la música de los girls groups de los 50 a la hora de construir las líneas vocales, con rimas divertidas y frases ocurrentes como “Ya no quiero ser moderna / Ahora paso del post punk / No me invites a tu puta fiesta / No soy parte de ese club”. Ahí queda eso. “Ya Me Da Igual” y “Cuchillos” vuelven a dejar claro que Miriam y Paula saben muy bien lo que llevan entre manos. Y de la misma manera que comenzaban con una consciente bienvenida, cierran con “Todo Mal”. El aire más pesimista y apesadumbrado de todo el disco, no exento de ese exorcismo eléctrico del que tan bien hacen gala, sanador, incluso en los momentos más oscuros, y en este caso, shoegazing. ¿Todo acaba mal? Con un disco así no puede ser. 

  

“Un Año De Cambios” es un álbum producido y masterizado por Carlos Hernández (Carolina Durante, Axolotes Mexicanos, Aiko el Grupo, Triángulo de Amor Bizarro) que le ha dado ese empujón de contundencia a nivel de sonido que tan bien les ha venido a estas Lisasinson, pero que a la vez ha permitido realzar todos los matices de un disco que trasciende el punk-pop de ascensión riot grrrl. Porque aquí hablan las canciones. Redondas, inmensas. Doce himnos, sin altibajos. Hechos desde la honestidad y la asertividad más directa. Como los grandes discos de debut. Esos que sobreviven a los años. 


 La foto de la portada es de Neelam Khan Vela y Boo Studio se ha encargado del diseño del disco. 


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