“All 4 nothing” es el segundo álbum del cantante, compositor, productor y multi-instrumentista Lauv, que se centró en la narrativa para crear una obra inmersiva e impregnada de momentos de nostalgia, conflicto, y, también, fortalecimiento personal. Una colección de 13 pistas con avances como “26”, “All 4 nothing (I'm so in love)” y “Kids are bron stars” y Como single presentación “Stranger”.
"En este álbum hablo de la muerte de un sueño que perseguía y de cómo me desperté y comprobé que ese sueño se había cumplido", comentó Lauv. "Me había pasado tanto tiempo intentando ser algo que había ignorado lo que tenía delante. Si quieres disfrutar de la magia de la vida, no puedes elegir lo que te toca. No puedes crear magia donde no la hay. Tienes que estar abierto a su presencia y cuando la encuentras en tu vida, puedes jugar con ella para crear algo. En última instancia, este disco habla de abrirse al amor y a la vida".
Con la llegada de la pandemia por la Covid-19, se enfrentó a una nueva situación vital y siguió componiendo canciones en el estudio que tiene en su casa. "Cuando empezó la pandemia empecé a profundizar en mis composiciones y encontré temas comunes, que básicamente se han convertido en el hilo conductor de las canciones de este álbum", explicó. "Por un lado, todos estábamos solos y estábamos reinventándonos y reencontrándonos con nosotros mismos. Por otro, quería hablar de mi recorrido como músico. Y, en tercer lugar, quería plasmar cómo he madurado, porque antes no era más que un niño. Todas esas facetas se intercalaban en las canciones y me fui dando cuenta de que la vida se compone de ciclos. En 2020 estaba replanteándome las cosas que me interesaban cuando era más joven. Estaba muy centrado en entender en quién me estaba convirtiendo y en ver qué estaba dejándome por el camino. A fin de cuentas, lo que estaba haciendo en realidad era reconectar con mi niño interior".
Para conseguir su objetivo, también tuvo que abrir su paleta creativa. "Ha sido todo muy diferente", apuntó. "Me he involucrado mucho menos en la producción que en discos anteriores. Al principio de mi carrera producía toda mi música, pero según iba teniendo más proyección, también me iba quedando sin tiempo libre y tenía menos capacidad para centrarme en la producción. Así fue como empecé a colaborar con productores. Aun así, al echar la vista atrás me doy cuenta de que en realidad simplemente estaba dejando atrás una versión de mí mismo, esa persona que quería controlarlo todo. Eso me abrió nuevas oportunidades y me permitió experimentar mucho más en este proceso. Me abrió a probar cosas nuevas y a cambiar mi enfoque. En lugar de componer una canción y grabarla, cogía el micro y empezaba a improvisar la letra. Al usar este proceso creativo, iba soltando lo que sentía en tiempo real, sin pararme a pensar en qué estaba diciendo. Por eso las letras de este disco van más directas y sin filtro. En lugar de controlar hasta el más mínimo detalle, en este disco me redescubro como persona, recupero mis raíces. Durante mucho tiempo pensé que mi identidad era controlar todo el proceso creativo. Pero me he dado cuenta de que mi identidad soy yo, y yo me he dado libertad".
"Este álbum tiene un halo mágico", añadió el artista. "Combina una sensación de apertura, asombro y emoción con sentimientos de vulnerabilidad y autenticidad. Espero que abra un vórtice a algo que los fans no hayan sentido en mucho tiempo, que los lleve a un lugar donde puedan redescubrirse".
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