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viernes, 22 de abril de 2022

Putochinomaricón publica su nuevo disco “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)”

Hay discos llamados a ser referencia, el reflejo de un momento, una instantánea sobre los sonidos y las realidades que mueven el mundo. Y no nos equivocaremos mucho si afirmamos que “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)”, el tercer pack de canciones de Putochinomaricón, está llamado a convertirse en uno de los discos de referencia del hyperpop y el futurepop. Y precisamente lo es por asumir sus imperativos y estirarlos, retorcerlos, difuminar sus límites y mezclarlos con miles de nuevos estilos e influencias.  

En ese momento, y gracias a artistas como Chenta Tsai, un sonido o movimiento musical pasa a convertirse en un estilo, un ingrediente que se puede añadir a cualquier coctelera. Así ocurre cuando hablamos de Joy Division y el post-punk, o de Massive Attack y el trip-hop, por poner algunos ejemplos. Y “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)” lo consigue de la mano de una colección inmensa y sorprendente de colaboradores nacionales e internacionales, que han hecho que el mapa sonoro de este disco sea inabarcable. 

  

Pero si encima estamos hablando de un personaje como Chenta, la cosa va más allá. Una personalidad con múltiples vertientes, versatilidad, energía y espíritu revolucionario. Y si “Corazón De Cerdo Con Ginseng Al Vapor” exploraba el concepto de la doble conciencia y la deconstrucción identitaria, “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ” es el alejamiento definitivo de la concepción de identidad como una definición, la creación de un lugar ficticio proyectado por lx autorx como resultado del fracaso de buscar un lugar de pertenencia, de no sentirse “ni de aquí ni de allá” tras su estancia en Taipéi, que nace del deseo de construir un espacio donde sentirse plenamente y desfragmentadamente ellx. Un espacio que acaba convirtiéndose en el que reclama toda una generación, incomprendida por un mundo que sigue siendo conservador en su forma de concebirse y definirse. Un propósito complejo que demuestra la mentalidad inquieta y desafiante de Chenta y que acaba deviniendo en un juego de espejos complejo, único, revolucionario. 

  

El desarrollo del proyecto “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)” ocurre en el lapso de tiempo entre el confinamiento de marzo del año 2020 y su estancia en Taipéi. Durante este periodo de tiempo y este cambio de entorno radical, Chenta sufrió un terremoto creado por diversas realidades, complejas y auspiciadas por estos tiempos altamente digitalizados, que le llevó a enfrentarse a sí mismx y su entorno desde diferentes perspectivas. 

  

Así podemos dividir el disco en tres partes. Por un lado, las canciones surgidas directamente a partir del contacto con la “realidad online”. “Tamagotchi” es una canción inspirada en el digicore (¿hablábamos de jugar con estilos?) y que trata sobre la vigilancia online y la censura experienciada en internet. Producida por Chenta, mezclada y masterizada por Ignacio Redard, y con la colaboración estelar de Gfoty (Girlfriend Of The Year), transmite esa ambigua angustia sobre la sensación de vigilancia constante, que contrasta con el placer inmediato que supone la interacción en línea. “Rubberhand” rompe muros para entrar en las relaciones sexuales a través de dispositivos de control a distancia en la que colabora la productora sueca afincada en Berlín, Tami T. Impactante, deliciosa, turbulenta, con pequeños ecos del jungle y quiebros hacia el electro. “Chique De Internet”, en colaboración con Andrea Guidi, aka UVCORE, describe las posibilidades que te ofrecen estos espacios para reconstruirte o deconstruirte, abrazando la inmaterialidad, lejos de tu cuerpo físico. El metaverso entrando entre los compases de este ejercicio de hardcore digital que ya habíamos escuchado a modo de avance. Y “Tu Foto De Perfil” nos cuenta la muerte de las identidades virtuales cuando bloqueas a alguien o cuando las redes sociales censuran tu cuenta. Entre el techno, el dream y, como no, el hyperpop más barroco, con la colaboración de Galen Tipton aka Recovery Girl. O “Adulto Incomprendido”, una genialidad con ecos jungle, una confesión en toda regla, la mecha que alimenta todo el torrente creativo que hay en este disco. “No hay canciones con las que podamos identificar / No hay canciones con las que podamos gritar y cantar / Que hablen de nuestras angustias atrapados en nuestro Nunca Jamás”. No es una cuestión de juventud ni de condición. Es estar atrapado en una realidad con la que te sientes extraño. 

  

Por otro lado, está la “realidad fuera de línea”, donde tu espacio doméstico se convierte en un plató, en un portal que te lleva a diferentes realidades virtuales, llena de máquinas que te permitan acceder a esos espacios virtuales. Dentro de este grupo podríamos introducir “Intro (Renacentista De Tutorial)” que habla de la precariedad, la cultura del esfuerzo durante tiempos de pandemia. Un ejercicio de autoparodia (cuántos artículos y entrevistas han hecho uso de la palabra “renacentista” para describir la polifacética personalidad de Chenta) donde de nuevo la participación de Ignacio Redard destaca junto a la colaboración de ese adalid del bedroom pop que es New Sylveon. Una canción llena de quiebros, escurridiza, inclasificable. “AliExpréss” (sólo Chenta podía llamar a una canción así), coproducida junto a Matt Lockshaw, habla de un mundo incapaz de tomarse en serio a sí mismo, inundado por el fenómeno de los memes, donde los 5 minutos de fama se convierten en 15 segundos – y gracias. “Internacional Call” es house ultra bailable con ecos J-Pop, efímera, juguetona, sobre los límites difuminados, las fronteras inexistentes. Y por último podríamos incluir en este grupo a “Traumas”, una canción sobre cómo enfrentarse a todo lo díscolo que nos rodea, como integrar el cinismo y la insensibilidad que abruma desde todas estas “realidades”, sobre como huir de esa necesidad constante de clasificarnos. Una colección de explosiones e implosiones, dinámicas radicales (que ponen en evidencia cierta voluntad impresionista de la canción) a mayor gloria del glitchcore y la EDM, con la significativa mano de Space Candy (Alex Polanski). 


Y, por último, está la “realidad aumentada”, la que nos permite transgredir el resto de realidades y obtener la fuerza para redefinir el mundo conforme nosotros lo entendemos, y no como nos indican los demás. “Otra Fisicalidad”, con Diana starshine y la coproducción de Beverly Hensel un hit increíble lleno de ecos ochenteros en su melodía base, que celebra el re-entender nuestros cuerpos en la virtualidad y en otras realidades más allá de la realidad a la que más afín te sientes. La redefinición (otra más) de lo que se conoce como realidad. O la ya conocida “DM”, una canción que habla de cómo Chenta aprendió, durante su estancia en Taiwán, a aceptar parte de su propia identidad aceptando su propia comunidad. 


A pesar de la retahíla de colaboradores, a pesar de la macedonia de estilos absolutamente inabarcable, incluso a pesar de la colección de quiebros que ofrece cada canción, hay algo que está por encima de todo esto, y que hace “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)” un disco inolvidable, que marca un momento en el tiempo y en la industria musical. Al final de todo es la obra de una persona inmensa como es Chenta Tsai, con un don, la capacidad de destripar el mundo en el que vive y transgredirlo, no sólo conceptualmente: además usando un bisturí tan potente como es el arte, en todas aquellas disciplinas en las que se deja ver.  


Por eso “JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)” es un disco sobre el tiempo que vivimos, tan difícil de comprender (y que gracias a él asimilamos mejor), y claro, sobre los sonidos que ahora mismo ocupan los oídos de la generación post-millenial. Una obra al alcance de genios, personajes únicos, tan escasos, tan necesarios. Y tenemos la suerte de poder vivir y disfrutar a uno de ellos. 

 

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