Chica Sobresalto publica su nuevo single “Oxitocina”

“Una vez me dijeron que la vida es un suspiro y todas mis sinapsis hicieron cortocircuito en mi cabeza. Una mañana me desperté, me enfundé mi traje de Chica Sobresalto y decidí predicarlo al mundo entero de la única manera que sé. Siempre he tocado sola, todo lo desnuda que se puede estar, sacando de dentro de mí los Sobresaltos más intensos del multiverso. Pero todo cambió cuando llegaron poco a poco a mi vida: Ander Arlegui al bajo, Gorka Cia e Ibai Sanz a las guitarras y Aritz Legarrea a la batería. En octubre de 2017 presentamos nuestro primer trabajo, Sobresalto”, señala Maialen, vocalista del grupo. 

Ahora llega su nuevo single, “Oxitocina” que surgió de la necesidad de hablar sobre la sexualidad de la mujer, un tema que Chica Sobresalto considera que ha sido y sigue siendo tabú. 

Maialen ha grabado las voces dentro de la Academia de OT, donde permanece como concursante de OT 2020 mientras que la producción de Oxitocina comenzó en el local de ensayo del grupo, “tras muchas horas de trabajo en Montreal Studios con Hans Krüger a los mandos, este es el resultado. Nunca hemos sabido etiquetar nuestro estilo, ni tenemos intención de hacerlo. De nuestras canciones solo podemos decir que son viscerales, elegantes, bailables a ratos y llorables a otros, como la vida”, indica Gorka. 

La portada de “Oxitocina” ha sido diseñada por Ibai Sanz con una imagen visceral e impactante. Para ello, Ibai utilizó “la columna vertebral, como eje central. Reflejando el viaje de la Oxitocina por la médula espinal, recorriendo e inundando todo el cuerpo. La Oxitocina tenía que estar representada por un elemento natural y he empleado las raíces en movimiento con los pétalos”. Se ha intentado plasmar el concepto de Maialen “me imagino todos los sentidos trabajando a mil y mandando un montón de señales al cerebro, de éxtasis”. El video lyric también ha sido diseñado por Ibai Sanz junto con Álvaro García. 

Con “Oxitocina”, Chica Sobresalto busca que todos los sentidos del cuerpo trabajen a mil, mandando millones de señales de éxtasis al cerebro, una inyección de oxitocina para todo el que la escuche.