Hay pocas cosas más complejas en el universo que el amor. Es un fenómeno inexplicable capaz de determinar y dirigir la vida humana, fuente de éxtasis y desolación desde sus dos polos: la pasión correspondida y la tristeza del desengaño. Porque el amor tiene, al menos, dos caras; y, en ocasiones, pueden llegar a mezclarse dando como resultado emociones agridulces en una amplia gama de grises.
Y en ese terreno ambivalente, en el que no todo es blanco o negro, es donde parece haberse alojado Chico Jorge para la concepción del que será su álbum de debut, que llegará pasado el verano a través del sello Magic in the Air.
Con su primer adelanto, “Cupido enamorado”, el músico barcelonés ya avanzaba la línea narrativa de su debut en largo al reflexionar sobre la capacidad devastadora y destructora que puede llegar a tener el amor en sus primeras fases de enamoramiento.
Ahora, en “Cigarrillos”, su segundo single, consigue darle la vuelta también a la amargura del desamor. Y lo hace partiendo de una imagen muy elocuente: alguien disociado en la mesa del salón, fumando un cigarrillo tras otro con la intención de quemar y cauterizar una herida que lleva dentro, simbolizada en un clavo que tiene atravesado.
Sin embargo, lejos de ser un relato funesto sobre el dolor de echar de menos, Chico Jorge termina aceptando la presencia de ese clavo porque, de alguna manera, le sirve para seguir sintiendo cerca a esa persona que ya no lo está. Porque quizá convivir con un recuerdo doloroso es menos triste que la frialdad del olvido.
“Cigarrillos”, que ya hemos podido escuchar en alguna ocasión en los diversos conciertos que Chico Jorge ha dado en los últimos años, es un corte de guitarras afiladas y distorsionadas por línea, de baterías bien saturadas y estribillos explosivos.
Un medio tiempo que se engarza a partir del riff de las estrofas y que no renuncia a la verticalidad que impera en todo el álbum. Con la omnipresente influencia de The Strokes y de la elegante melancolía de Grizzly Bear, y con un solo de guitarra que recuerda a los que firma Nels Cline en Wilco, “Cigarrillos” marca la línea maestra estilística del proyecto personal de Jordi Bastida, conocido principalmente por ser el guitarrista de Sidonie y de la banda de Alizzz. Un músico enorme al que admiramos y queremos por su profunda forma de sentir, tan pura, tan valiente, tan honesta.
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